sábado, 17 de febrero de 2018

2018: se vienen novedades, pero habrá que esperar un tiempo

Siempre sostengo que hay que tratar de ponerle pilas al laburo, al duro oficio de escribir. La vida es 90 % esfuerzo y 10 % talento, si yo me quedara en una posición cómoda basándome en una supuesta habilidad para tramar literatura, difícilmente conseguiría una evolución, un progreso. De algún modo, todos aspiramos a progresar en aquello que nos lleva dedicación, pero que hacemos con gusto. Además de mis obligaciones laborales, cuando llega el momento de sentarse a escribir, que es aquello que me apasiona, intento hacerlo despojándome de prejuicios o de la futura opinión del público lector. Desde luego que esto último es importante, uno no escribe para sí mismo, sino para otros. Si así fuera, no tendría sentido imprimir varios ejemplares, si el único destinatario fuera uno mismo.  Pero si el propio autor no está satisfecho con lo que está tipeando en el manuscrito o borrador, el resultado sera paupérrimo. No hay recetas para que un libro sea "vendible", hay autores consagrados que se han permitido escribir obras tediosas y casi incomprensibles, pero tienen una posición dominante en el mercado editorial y muchos críticos que hacen lobby en las páginas de cultura de los diarios. 

Con el mero hecho de redactar unas líneas que (a mi modo de ver) considero bien logradas, siento que ese cuento o esa novela en potencia, va por el buen camino. Sin ninguna vanidad, por ello,  si hay que rehacer un texto que no me convence del todo,  no hay otra que encomendarse a dicha tarea. Por eso, creo necesario agradecer a todos, por la repercusión de "Las dos muertes del General". Tanto a aquellos que me hicieron una crítica constructiva, como a los que elogiaron la novela. Sólo queda seguir mejorando y progresando, para demostrarme a mí mismo que puedo alcanzar metas más ambiciosas. A todos, muchas gracias. Superó mis expectativas, y el libro llegó a puntos recónditos del país que jamás hubiera imaginado. 

Hasta pronto, 
Mariano